La esperanza de vida es cada vez más larga y vemos como las enfermedades no transmisibles, hipertensión, dislipemias (colesterol o triglicéridos elevados principalmente), diabetes u obesidad son cada vez más prevalentes y nos afectan en mayor medida. 

La consecuencia de todo ello es que a medida que envejecemos y cada vez a edades más tempranas, desarrollamos enfermedades que no hace tantos años no eran tan comunes. Enfermedades que en su mayor parte son silenciosas, no nos avisan de su presencia hasta que es tarde para solucionar sus consecuencias (accidentes cerebrovasculares que muchas veces nos hacen dependientes, problemas derivados de la diabetes: enfermedad renal, oculares, circulatorios, y otros muchos.) Estos son perfectamente evitables si los tratamos a tiempo, simplemente con hábitos nutricionales saludables, actividad física adecuada, descanso suficiente y un cierto control del estrés. Medidas que principalmente se basan en el cambio de hábitos. Nada más.